jueves, 22 de abril de 2010

Conjuros para Disfrutar en la voz de Irene Ocampo

En este programa, la poeta y periodista santafesina Irene Ocampo nos comparte conjuros de Anna Swir, (polaca), Cristina Peri Rossi (uruguaya), Mary Oliver (EE.UU.) y Rosario Castellanos (México).


La música de Evanescence con la voz de Amy Lee. Las cortinas, Evanescence, Piazzola y Miriam Makeba.

ANNA SWIR: su apellido completo es Swirszczyn´ska, nació en Varsovia, Polonia, el 7 de febrero de 1909. Su padre, un artista, no pudo sacar a su familiar de la pobreza. Anna Swir creció haciendo sus tareas escolares y durmiendo en el taller de su padre. Sin embargo, en un grupo de poemas que escribió años más tarde sobre su madre y su padre, expresó un lazo profundo y una gratitud sincera hacia ellos. Swir pudo ingresar a la universidad en donde estudió literatura polaca medieval y barroca. Un poema suyo fue publicado en una revista muy popular en 1930 cuando sólo tenía 21 años.De la contratapa del libro "Talking to my body" (Copper Canyon Press, 1996, EE.UU.):
"Fue miembra de la Resistencia durante la ocupación nazi y enfermera militar durante el levantamiento de Varsovia, una vez esperó una hora ser ejecutada. Afectada profundamente por esta experiencia escribió una poesía que rechazó el gran gesto de la guerra a favor de ver al mundo como una miniatura, un mundo en el que el cuerpo y el individuo sobreviven.Abierta en su feminismo y erotismo, su poesía explora la vida del cuerpo femenino desde el terror al placer, desde la profundidad de la gonía en la Segunda guerra Mundial hasta los placeres de sensuales delirios, y siempre con una sinceridad implacable."



CRISTINA PERI ROSSI nació en Montevideo, Uruguay, el 12 de noviembre de l941.Desde el principio, usó el segundo apellido en homenaje a su madre, que la instruyó desde pequeña en el amor a la literatura, a la música y a la ciencia. Estudió biología, pero se licenció en Literatura Comparada. Siendo muy joven obtuvo la cátedra que ejerció hasta que tuvo que abandonar el país, por motivos políticos.
Publicó su primer libro en l963, y obtuvo los premios más importantes de Uruguay, pero su obra fue prohibida, así como la mención de su nombre en los medios de comunicación durante la dictadura militar que gobernó el país de l973 a l985.
Se trasladó a Barcelona, España, en l972; comenzó su actividad contra la dictadura uruguaya, escribió en las páginas de la mítica revista Triunfo, pero nuevamente perseguida, ahora por la dictadura franquista, tuvo que exiliarse en París en l974. Regresó definitivamente a Barcelona a fines de ese año, obtuvo la nacionalidad española y desde entonces vive en España.
Ha sido profesora de literatura, traductora y periodista, y es conferenciante habitual de universidades españolas y extranjeras. Sus numerosos artículos han aparecido en diversos diarios y revistas: El País, Diario 16, La Vanguardia, El Periódico de Barcelona, El Mundo y Grandes firmas de Agencia Efe.
Ha luchado contra las dictaduras, a favor del feminismo y de los derechos de los homosexuales. Su obra abarca todos los géneros: poesía, relato, novela, ensayo, artículos y es considerada como una de las escritoras más importantes de habla castellana, traducida a más de quince lenguas.



MARY OLIVER, poeta norteamericana nacida en Ohio en 1935, ganadora de varios premios muy reconocidos, entre ellos el premio pulitzer en 1984 por su libro "american primitive". Actualmente vive en Masachusetts.






ROSARIO CASTELLANOS: Nació en la ciudad de México el 25 de mayo de 1925, y murió en Tel Aviv, Israel, el 7 de agosto de 1974. En su obra cultivó todos los géneros, especialmente la poesía, la narrativa y el ensayo; colaboró con cuentos, poemas, crítica literaria y artículos de diversa índole en los suplementos culturales de los principales diarios del país y en revistas especializadas de México y del extranjero. Balún Canán, su primera novela, lleva ya un gran número de ediciones y ha sido traducida a muchas lenguas. Esta novela junto con Ciudad real, su primer libro de cuentos, y Oficio de tinieblas, su segunda novela, forman la trilogía indigenista más importante de la narrativa mexicana de este siglo. Los convidados de agosto, su segundo libro de relatos, recrea los prejuicios de la clase media provinciana de su estado natal, y Álbum de familia, el tercero y último, los de la clase media urbana. En 1972, Rosario Castellanos reunió su obra poética en el volumen intitulado Poesía no eres tú. Desde 1950, año en que publicó su tesis Sobre cultura femenina, la escritora no dejó nunca de incursionar en el ensayo. En vida publicó cinco volúmenes y póstumamente otros dos. De toda su obra, incluyendo su único volumen de teatro, El eterno femenino, se desprende una clara consciencia del problema que significa, para su autora, la doble condición de ser mujer y mexicana.

jueves, 15 de abril de 2010

conjuros para descubrir el valor de tener un cuarto propio

En el primer programa de la temporada 2010, compartimos fragmentos del Capítulo 2 del libro Un Cuarto Propio de Virginia Woolf.









La música es de la Banda Sonora de la película "Las Horas". Escuchamos a Loreena McKennitt en el tema central.



A propósito de Un cuarto propio, de Virginia Woolf
María Candel de Puerta
Un cuarto propio, de Virginia Woolf, se puede considerar un clásico de la literatura feminista. Ensayo enmarcado en la Inglaterra post-victoriana que empieza a recoger su mirada expansionista y a fijarla en su problemática interna. En él se expone la desigualdad social, económica y moral en que ha vivido la mujer durante siglos. A los 49 años, el discurso de la escritora en este ensayo se hace incisivo e irónico. No aparece en él la mujer educada en el convencionalismovictoriano. Virginia Woolf es una mujer de su tiempo que siente en carne propia el apartheid en el que vive. Se hace dueña de una voz que expresa sus pensamientos tamizados por la reflexión; una voz queda que sale a través de unos dientes apretados. Su cabeza está llena de preguntas que no tienen respuesta por parte del hombre. Es consciente de que durante toda su vida tendrá que asomarse a ese pozo sin fondo en el que habitan las preguntas sin respuestas. Menciona con ironía que en una tarde de octubre soleada salió dispuesta a encontrar “la verdad” entre los anaqueles del Museo Británico. Su reiterada pregunta de ¿por qué son pobres las mujeres? tropieza con toda suerte de opiniones encontradas que para nada la ayudan. Pasea su estupefacción por cientos de hojas; va de Goethe, que venera a las mujeres, a Mussolini, que las menosprecia. La “verdad” se le esconde entre las arrugadas páginas. La ira es una constante en todo el discurso de los “profesores-patriarcas” (como llama a su contraparte) cuando se refieren al tema femenino. Mientras tanto se acercan vientos de guerra, la barbarie triunfa en varios países y eso supone el fin de la civilización que ella conocía. Entre estos vientos de guerra que hablan de fuerzas y debilidades, concluye que la superioridad del hombre está apoyada en la invención por parte de éste de la inferioridad femenina. Escribe: “Hace siglos que las mujeres han servido de espejos dotados de la virtud mágica y deliciosa de reflejar la figura del hombre, dos veces agrandada”. Menciona que sólo la mujer que puede contar con una renta propia, es capaz de ser dueña de su voz. Busca a esa mujer inexistente, su voz, su mirada; aunque sea trazas de ella, y sólo encuentra la sombra que ha dejado su pasantía por la historia. En la novela y el teatro los personajes femeninos que encuentra son heroínas-hermosas-buenísimas, o pérfidas-brujas-malísimas. Son el tema con que se nutre la poesía y las grandes ausentes de la historia. La mujer que conforma la gran masa silenciosa no aparece. No hay información de sus vidas, de sus quehaceres diarios, apenas parecen deslizarse de puntillas por la historia. Toda disidencia que se torne en expresión de sentimientos agresivos está prohibida. Cualquier mujer que alzara la voz más allá del cuello de su camisa, era bruja o loca. George Eliot y George Sand se mimetizan con el espectro masculino para sobrevivir a su universo. “El mundo no pide a las personas que escriban poemas y novelas e historias; no las precisa”, afirma Virginia Woolf. En medio de ese desinterés el autor queda solo y encerrado en un nido de palabras. A la dificultad de pensar, escribir y expresar de cualquier autor ante un auditorio indiferente, se le suma el hecho de que la voz femenina deberá pactar antes con sus propios demonios. Sólo así podrá sentirse cómoda en un cuarto propio.